CONTENIDO: Lectio divina con el evangelio de la Misa de Navidad. 25 de diciembre de 2022 (San Juan 1, 1-17).
• SEÑAL DE LA CRUZ.
• INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:
Ven Espíritu Santo
Llena los corazones de tus fieles
Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía señor tu espíritu y todo será creado
Y renovaras la faz de la tierra
Oh Dios, que instruiste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo
Danos gustar de todo lo que es recto según Tu mismo espíritu
Y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por Jesucristo nuestro Señor.
- LECTIO
Primer paso de la Lectio Divina:
consiste en la lectura de un trozo unitario de la Sagrada Escritura. Esta lectura implica la comprensión del texto al menos en su sentido literal. Se lee con la convicción de que Dios está hablando. No es la lectura de un libro, sino la escucha de Alguien. Es escuchar la voz de Dios hoy.
Lectura del Santo Evangelio según san Juan:
“Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
Él no era la luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció.
Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él, al declarar: “Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo”.
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre”.
Palabra del Señor.
- MEDITATIO.
Estando siempre en la presencia de Dios, el segundo paso de la Lectio Divina o Meditatio consiste en reflexionar en nuestro interior y con nuestra inteligencia sobre lo que se ha leído y comprendido. “Es esa disposición del alma que usa de todas sus facultades intelectuales y volitivas para poder captar lo que Dios le dice… al modo de Dios”.
Opción 1
Fr. Dr. Aníbal Fosbery, De las Reflexiones sobre textos del Evangelio de San Juan para el Tiempo ordinario, MDA, Buenos Aires, 2015. “Descubrir la Luz es descubrir la Vida de Dios” Pág. 31; “si creemos es por gracia de Dios” pág. 34; “La bienaventuranza de la gloria” pág. 44.
Opción 2
San Francisco de Sales, obispo
Carta: Él te ama.
Carta a la Madre de Chantal el 25-12-1613: XVI, 120-121.
«Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo» (Ga 4,4).
¡El gran Niñito de Belén sea siempre la delicia de nuestro corazón, mi queridísima Madre, mi hija!
¡Qué precioso el pobrecito recién nacido! Me parece ver a Salomón sentado en su gran trono de marfil, dorado y labrado, que no tenía igual en todo el reino, como dice la Escritura. Y el rey no tenía comparación con ningún otro en gloria y magnificencia. Pero cien veces prefiero contemplar a nuestro querido Niño en el pesebre, que ver a todos los reyes en sus tronos.
Al mirarlo sobre las rodillas de su Madre, o entre sus brazos, con su boquita como un botón de rosa, pegada a los lirios de los santos pechos maternos, ¡oh!, lo encuentro con mayor magnificencia en ese trono, que Salomón en el suyo de marfil…
El gran San José comparte con nosotros su consolación; la Madre soberana nos hace partícipes de su amor y el Niño quiere derramar, para siempre, sus méritos en nuestro corazón.
Os ruego, hija, que reposéis lo más dulcemente posible junto al Infantito celestial. Él siempre seguirá amando vuestro corazón tal como es, aunque no tenga ternura ni delicadezas. ¿No veis cómo recibe el aliento de la mula y el buey, que no tienen sentimientos ni afectos? ¿Cómo no va a recibir las aspiraciones de vuestro pobre corazón, el cual, aunque sin ternura, se pone a sus pies para ser, por siempre, servidor inviolable de su Corazón y del de su santa Madre y del jefe de la familia del pequeño Rey?
Mi queridísima Madre, esto es cierto, tengo una luz muy particular que me hace ver que la unión de nuestros corazones es obra de ese gran “Unidor” y por tanto quiero, desde ahora, no sólo sentir dilección por esta unión, sino amarla y honrarla como sagrada.
Que la alegría y la consolación del Hijo y de la Madre sean por siempre el gozo de nuestras almas.
- PREPARACIÓN REMOTA:
- ORATIO
La oratio es el tercer momento de la Lectio Divina, consiste en la oración que viene de la meditatio. “Es la plegaria que brota del corazón al toque de la divina Palabra”. Los modos en que nuestra oración puede subir hacia Dios son: petición, intercesión, agradecimiento y alabanza.
Antífona de entrada Cf. Sal 2, 7
El Señor me ha dicho: «Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy».
O bien:
Alegrémonos todos en el Señor, porque nuestro Salvador ha nacido en el mundo. Hoy, desde el cielo, ha descendido la paz verdadera sobre nosotros.
Oración colecta
OH, Dios, que has hecho resplandecer esta noche santísima
con el resplandor de la luz verdadera,
concédenos gozar también en el cielo
a quienes hemos experimentado este misterio de luz en la tierra.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las ofrendas
ACEPTA, Señor, la ofrenda de la fiesta que hoy celebramos
para que, por este sagrado intercambio,
seamos semejantes a aquel
en quien nuestra naturaleza está unida a la tuya.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 1, 14
El Verbo se hizo carne y hemos contemplado su gloria.
Oración post comunión
A cuantos celebramos alegres
el nacimiento de nuestro Redentor,
concédenos, Señor Dios nuestro,
llegar así a la perfecta comunión con él mediante una vida santa.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
- CONTEMPLATIO
El último momento de la Lectio Divina: la contemplatio, consiste en la contemplación o admiración que surge de entrar en contacto con la Palabra de Dios. Esta consiste en la adoración, en la alabanza y en el silencia delante de Dios que se está comunicando conmigo.
«Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad».