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¡Cómo te cuesta despojarte del hombre llagado por los estigmas del pecado original! Mirá, a todos nos pasa lo mismo. Lo importante es que, en algún momento de la vida, descubras que la intoxicación espiritual se cura al igual que la corporal. Bueno, ángel intoxicado, decídete y poné manos a la obra. Es importante generar la presencia de Dios en nuestra vida de acuerdo a lo que señala Juan en su Evangelio: “El que me ama, cumple los mandamientos y mi Padre y Yo le amaremos y haremos morada en Él” (Juan 14, 23).