CONTENIDO: Lectio divina con el evangelio de XXIX domingo del Tiempo Ordinario. 22 de octubre de 2023 (San Mateo 22,15-21).

• SEÑAL DE LA CRUZ
• INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:
Ven Espíritu Santo
Llena los corazones de tus fieles
Y enciende en ellos el fuego de tu Amor.
Envía Señor tu Espíritu y todo será creado
Y renovarás la faz de la tierra
Oh Dios, que instruiste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo
Danos gustar de todo lo que es recto según Tú mismo Espíritu
Y gozar siempre de su divino consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
• LECTIO
Primer paso de la Lectio Divina: consiste en la lectura de un trozo unitario de la Sagrada Escritura. Esta lectura implica la comprensión del texto al menos en su sentido literal. Se lee con la convicción de que Dios está hablando. No es la lectura de un libro, sino la escucha de Alguien. Es escuchar la voz de Dios hoy.
Lectura del Santo Evangelio según san Mateo (22,15-21):
Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones.
Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: “Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie.
Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?”.
Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: “Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa?
Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto”. Ellos le presentaron un denario.
Y él les preguntó: “¿De quién es esta figura y esta inscripción?”.
Le respondieron: “Del César”. Jesús les dijo: “Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios”.
Palabra del Señor
• MEDITATIO:
Estando siempre en la presencia de Dios, el segundo paso de la Lectio Divina o Meditatio consiste en reflexionar en nuestro interior y con nuestra inteligencia sobre lo que se ha leído y comprendido.
“Es esa disposición del alma que usa de todas sus facultades intelectuales y volitivas para poder captar lo que Dios le dice… al modo de Dios”.
OPCIÓN 1

Fr. Dr. Aníbal Fosbery, OP, reflexiones sobre el Evangelio según san Mateo, vol IV, Dad al César lo que es del César, pág.248; integrar lo natural con lo sobrenatural, pág. 254; la distinción del trono y el altar, pág. 258;
OPCIÓN 2
Homilías, comentarios y meditaciones desde la tradición de la Iglesia
Lorenzo de Brindisi
Homilía: Tú, cristiano, eres la moneda del impuesto
«Lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios» (Mt 22,21)
Homilía 1, 2-4 .6, en el domingo XXII después de Pentecostés: Opera omnia, t. 8, 335-336. 339-340. 346
En el evangelio de hoy se plantean dos interrogantes: uno el que los fariseos plantean a Cristo; otro, el que Cristo plantea a los fariseos; aquél es totalmente terreno, éste, enteramente celestial y divino; aquél es producto de una supina ignorancia y de una refinadísima malicia; éste, de la suprema sabiduría y de la suma bondad.
¿De quién son esta cara y esta inscripción? Le respondieron: Del César. Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios: hay que dar —dice— a cada uno lo suyo. Sentencia llena realmente de celestial sabiduría y doctrina. Enseña, en efecto, que existe una doble esfera de poder: una, terrena y humana; otra, celestial y divina. Enseña que se nos exige una doble obediencia, que hemos de observar tanto las leyes humanas como las divinas, y que hemos de pagar un doble impuesto: uno al César y otro a Dios. Al César el denario, que lleva grabada la cara y la inscripción del César; a Dios lo que lleva impresa la imagen y la semejanza divina: La luz de tu rostro está impresa en nosotros (Vg).
Hemos sido hechos a imagen y semejanza de Dios. Tú, cristiano, eres ciertamente un hombre: luego eres la moneda del impuesto divino, eres el denario en el que va grabada la efigie y la inscripción del divino emperador. Por eso te pregunto yo con Cristo: ¿De quién son esta cara y esta inscripción? Me respondes: De Dios. Te replico: ¿Por qué, pues, no le devuelves a Dios lo que es suyo?
Pero si realmente queremos ser imagen de Dios, es necesario que seamos semejantes a Cristo. Él es, en efecto, la imagen de la bondad de Dios e impronta de su ser; y Dios a los que había escogido, los predestinó a ser imagen de su Hijo. Por su parte, Cristo pagó realmente al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, observando a la perfección las dos losas de la ley divina, rebajándose hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz, y estuvo perfectísimamente dotado de todas las virtudes tanto internas como externas.
Brilla hoy en Cristo una suma prudencia, con la cual sorteó los lazos de los enemigos, dándoles una prudentísima y sapientísima respuesta; brilla asimismo la justicia, con la cual nos enseña a dar a cada uno lo suyo. Por esta razón, él mismo quiso pagar también el impuesto, dando por él y por Pedro un didracma; brilla la fortaleza del alma, con la cual enseñó libremente la verdad, es decir, que debía pagarse al César el impuesto, sin temer a los judíos que se sentían vejados por esto. Este es el camino de Dios que Cristo enseña conforme a la verdad.
Así pues, el que, en la vida, en las costumbres y las virtudes se asemeja y conforma a Cristo, ése representa de verdad la imagen de Dios; la restauración de esta divina imagen consiste en una perfecta justicia: Pagad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. A cada cual lo suyo.
• PREPARACIÓN REMOTA
• ORATIO
La oratio es el tercer momento de la Lectio Divina, consiste en la oración que viene de la meditatio. “Es la plegaria que brota del corazón al toque de la divina Palabra”. Los modos en que nuestra oración puede subir hacia Dios son: petición, intercesión, agradecimiento y alabanza.
Antífona de entrada (Sal 16, 6. 8)
Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes;
inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.
Protégeme como a la pupila de tus ojos,
escóndeme a la sombra de tus alas.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno,
concédenos permanecer fieles a tu santa voluntad
y servirte con un corazón sincero.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Te ofrecemos, Señor, estos dones,
con un corazón libre y generoso,
para que tu gracia nos purifique
por estos misterios que ahora celebramos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 32, 18-19
Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia.
Oración después de la comunión
Concédenos, Padre, que la participación en la eucaristía
nos ayude para aprovechar los bienes temporales
y alcanzar los bienes eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
• CONTEMPLATIO:
El último momento de la Lectio Divina: la contemplatio, consiste en la contemplación o admiración que surge de entrar en contacto con la Palabra de Dios. Esta consiste en la adoración, en la alabanza y en el silencia delante de Dios que se está comunicando conmigo.
«Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios».