CONTENIDO: Lectio divina con el evangelio del DOMINGO XXIV del Tiempo ordinario. Ciclo A. 17 de septiembre de 2023. Ciclo A (San Mateo 18,21-35).

• SEÑAL DE LA CRUZ
• INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:
Ven Espíritu Santo
Llena los corazones de tus fieles
Y enciende en ellos el fuego de tu Amor.
Envía Señor tu Espíritu y todo será creado
Y renovarás la faz de la tierra
Oh Dios, que instruiste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo
Danos gustar de todo lo que es recto según Tú mismo Espíritu
Y gozar siempre de su divino consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
• LECTIO
Primer paso de la Lectio Divina: consiste en la lectura de un trozo unitario de la Sagrada Escritura. Esta lectura implica la comprensión del texto al menos en su sentido literal. Se lee con la convicción de que Dios está hablando. No es la lectura de un libro, sino la escucha de Alguien. Es escuchar la voz de Dios hoy.
Lectura del Santo Evangelio según san Mateo (18,21-35):
Se adelantó Pedro y le dijo: “Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?”.
Jesús le respondió: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores.
Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos.
Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda.
El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: “Señor, dame un plazo y te pagaré todo”.
El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.
Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: ‘Págame lo que me debes’.
El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: ‘Dame un plazo y te pagaré la deuda’.
Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor.
Este lo mandó llamar y le dijo: ‘¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda.
¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?’.
E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos”.
Palabra del Señor
• MEDITATIO:
Estando siempre en la presencia de Dios, el segundo paso de la Lectio Divina o Meditatio consiste en reflexionar en nuestro interior y con nuestra inteligencia sobre lo que se ha leído y comprendido.
“Es esa disposición del alma que usa de todas sus facultades intelectuales y volitivas para poder captar lo que Dios le dice… al modo de Dios”.
Opción 1

OPCIÓN 2
Francisco de Sales
Opúsculos: Misericordia sin límites
«¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?» (Mt 18,33)
XXVI, 412-41-415 (Extractos de puntos a meditar sobre la oración dominical)
Padre, somos pobres y estamos llenos de deudas. Tú eres rico y nuestro acreedor. Padre, ten misericordia de tu hijo, que ha contraído tantas deudas como pecados ha cometido. ¿Qué padre no perdonaría al hijo caído en extrema pobreza, cualquier deuda, si se lo pide humildemente?. Y ¿dónde hay un hijo, oh Padre santo, más pobre y más cargado de deudas que yo?
Mírame cual otro publicano, que te pido humildemente: perdóname tantas deudas de pecados con los que te he ofendido. Oh Dios, de quien es propio perdonar y tener misericordia. Padre, he pecado contra tu ley, pero las riquezas de tu misericordia sobrepasan infinitamente mis deudas; acuérdate, Padre, de tus misericordias que son eternas y lo mismo que usaste de misericordia con tus siervos, dígnate perdonarme mis pecados.
Señor, Tú has puesto límites al mar, pero a tu misericordia no se los has puesto, a fin de que vaya siempre a buscar a los pecadores cargados de deudas, para perdonárselas. En fin, te ruego, Padre santo, por tu infinita misericordia, por la virtud de esa pasión que sufrió tu Hijo, sobre el árbol de la cruz, y por los méritos e intercesión de la bienaventurada Virgen y de todos los elegidos que han sido desde el comienzo del mundo te dignes perdonar nuestras deudas.
También te ruego, oh Padre, que me des la suficiente virtud y gracia para que pueda perdonar perfectamente a todos los que me han ofendido; y si ves en mi corazón algún resto de imperfección contra mis ofensores, oh Padre, por el fuego de tu caridad hazlo desaparecer, quémalo, para que no quede ni rastro en mi corazón.
• PREPARACIÓN REMOTA
• ORATIO
La oratio es el tercer momento de la Lectio Divina, consiste en la oración que viene de la meditatio. “Es la plegaria que brota del corazón al toque de la divina Palabra”. Los modos en que nuestra oración puede subir hacia Dios son: petición, intercesión, agradecimiento y alabanza.
Antífona de entrada Cfr Ecli 36, 18
Señor, concede la paz a los que esperan en ti,
para que se compruebe la veracidad de tus profetas.
Escucha la oración de tu servidor y la de tu pueblo Israel.
Oración colecta
Míranos, Dios nuestro, creador y Señor del universo,
y concédenos servirte de todo corazón,
para experimentar los efectos de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Escucha nuestras súplicas, Señor,
y recibe con bondad la ofrenda de tu pueblo,
para que los dones presentados en honor de tu nombre
sirvan para la salvación de todos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 35, 8
¡Qué inapreciable es tu misericordia, Señor!
Los hombres se refugian a la sombra de tus alas.
O bien: Cfr 1 Cor 10, 16
El cáliz de bendición que bendecimos
es la comunión con la Sangre de Cristo;
y el pan que partimos es la comunión con el Cuerpo de Cristo.
Oración después de la comunión
Te rogamos, Dios nuestro,
que el don celestial que hemos recibido
impregne nuestra alma y nuestro cuerpo,
para que nuestras obras
no respondan a impulsos puramente humanos
sino a la acción de este sacramento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
• CONTEMPLATIO:
El último momento de la Lectio Divina: la contemplatio, consiste en la contemplación o admiración que surge de entrar en contacto con la Palabra de Dios. Esta consiste en la adoración, en la alabanza y en el silencia delante de Dios que se está comunicando conmigo.
“Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?”. Jesús le respondió: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”.