CONTENIDO: Lectio divina con el evangelio de la misa del Miércoles de Ceniza. 22 de febrero de 2023 (San Mateo 6,1-6.16-18)
• SEÑAL DE LA CRUZ.
• INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:
Ven Espíritu Santo
Llena los corazones de tus fieles
Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía señor tu espíritu y todo será creado
Y renovaras la faz de la tierra
Oh Dios, que instruiste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo
Danos gustar de todo lo que es recto según Tu mismo espíritu
Y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por Jesucristo nuestro Señor.
- LECTIO
Primer paso de la Lectio Divina:
consiste en la lectura de un trozo unitario de la Sagrada Escritura. Esta lectura implica la comprensión del texto al menos en su sentido literal. Se lee con la convicción de que Dios está hablando. No es la lectura de un libro, sino la escucha de Alguien. Es escuchar la voz de Dios hoy.
Del Evangelio según san Mateo (6,1-6.16-18):
“Jesús dijo a sus discípulos:
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el Cielo.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”.
Palabra del Señor
- MEDITATIO.
Estando siempre en la presencia de Dios, el segundo paso de la Lectio Divina o Meditatio consiste en reflexionar en nuestro interior y con nuestra inteligencia sobre lo que se ha leído y comprendido. “Es esa disposición del alma que usa de todas sus facultades intelectuales y volitivas para poder captar lo que Dios le dice… al modo de Dios”.
Opción 1
Fr. Aníbal Fosbery, OP, Reflexiones sobre textos del Evangelio de San Mateo para el Tiempo de Cuaresma y Semana Santa, Volumen I, MDA, Buenos Aires, 2013, pág. 47-49 “cuando ayunes perfuma tu cabeza”.
Opción 2
Francisco de Sales
Tratado del Amor de Dios: La Oración es una conversación
«Ora… en lo secreto» (Mt 6,6)
VI,1. Tomo IV, 303
«Cuando vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta, y reza a tu Padre, que está en lo escondido.» Mt 6, 6
La oración es un coloquio, una «entrevista» o una conversación del alma con Dios por la cual nosotros hablamos a Dios y Dios a su vez nos habla.
Hay dos clases de oración: la especulativa y la mística. La especulativa trata de Dios con los hombres y entre los hombres; la mística habla de Dios con Dios y en Dios mismo. La especulativa tiende al conocimiento de Dios y la mística al amor de Dios.
Se llama mística porque esa conversación es muy secreta y en ella Dios y el alma se hablan de corazón a corazón, por una comunicación incomunicable a quienes son ajenos a los dos que la mantienen. El lenguaje de los enamorados es tan particular que nadie lo entiende sino ellos: «Yo duermo, mi corazón vela. Y mi amado me ha hablado.» ¿Quién iba a adivinar que la esposa, estando dormida, había podido hablar con su Esposo? Es que donde reina el amor, no se necesita el ruido de palabras externas, ni hace falta emplear los sentidos para conversar y escucharse el uno al otro.
En resumen, la oración no es otra cosa sino una conversación por la cual el alma se entretiene amorosamente con Dios sobre su amable Bondad, para unirse a ella.
Al amor le gusta el secreto y, aunque los enamorados no tengan ningún secreto que decirse, gustan de hablarse secretamente; y si no me equivoco, yo creo que es porque solamente quieren hablarse para ellos solos.
El amor no habla solamente con la lengua, sino con los ojos, con los ademanes y hasta incluso el silencio les sirve de palabra.
«Mi corazón te lo ha dicho, Señor, mi rostro te busca; tu rostro buscaré, Señor.»
- PREPARACIÓN REMOTA:
- ORATIO
La oratio es el tercer momento de la Lectio Divina, consiste en la oración que viene de la meditatio. “Es la plegaria que brota del corazón al toque de la divina Palabra”. Los modos en que nuestra oración puede subir hacia Dios son: petición, intercesión, agradecimiento y alabanza.
Antífona de entrada Cf. Sb 11, 23.24.26
Señor, tú eres misericordioso con todos
y no aborreces nada de lo que has hecho,
cierras los ojos a los pecados de los hombres para que se arrepientan
y los perdonas, porque tú eres el Señor, nuestro Dios.
Se omite el acto penitencial, ya que en esta celebración es sustituido por la imposición de la ceniza.
Oración colecta
Señor nuestro, concédenos iniciar con el santo ayuno cuaresmal
un camino de verdadera conversión
y de afrontar con la penitencia la lucha contra el espíritu del mal.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Bendición e imposición de la ceniza
Después de la homilía el sacerdote, de pie, con las manos juntas dice:
Queridos hermanos:
Oremos a Dios, nuestro Padre,
para que se digne bendecir con su gracia estas cenizas
que vamos a imponer sobre nuestras cabezas en señal de penitencia.
Y después de una breve oración en silencio, prosigue con las manos extendidas:
Dios nuestro,
que te conmueves ante quienes se humillan y hacen penitencia,
escucha con bondad nuestra súplica
y derrama la gracia + de tu bendición
sobre estos hijos tuyos que van a recibir las cenizas,
para que sean fieles a las prácticas cuaresmales
y así lleguen a celebrar, con un corazón puro,
el misterio pascual de tu Hijo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
O bien:
Señor y Dios nuestro,
que no quieres la muerte del pecador, sino que se arrepienta,
escucha con bondad nuestra oración
y bendice + estas cenizas
que vamos a imponer sobre nuestras cabezas,
reconociendo que somos polvo y al polvo hemos de volver,
y concédenos, por medio de las prácticas cuaresmales,
el perdón de nuestros pecados
y la vida nueva a imagen de tu Hijo resucitado.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Y rocía con agua bendita las cenizas, sin decir nada. Seguidamente, todos los fieles se acercan al sacerdote que impone la ceniza sobre ellos; a cada uno le dice:
Conviértete y cree en el Evangelio. Cf. Mc 1, 15
O bien:
Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás. Cf. Gn 3, 19
Mientras tanto se canta:
Antífona 1
Revistamos el hábito de la penitencia con la ceniza y el cilicio;
ayunemos y lloremos delante del Señor,
porque nuestro Dios es compasivo y misericordioso
para perdonar nuestros pecados.
Antífona 2 Cf. Jl 2,17; Est 4, 17
Entre el atrio y el altar
lloren los sacerdotes, ministros del Señor,
diciendo: Perdona, Señor, a tu pueblo;
no permitas que callen quienes te alaban.
Antífona 3 Sal 50, 3
Borra mi culpa, Señor.
Esta antífona puede repetirse después de cada uno de los versículos del salmo 50.
Responsorio Cf. Bar 3, 2; Sal 78, 9
R.
Reparemos el mal que cometimos por nuestra ignorancia, no sea que, sorprendidos por la muerte, busquemos el tiempo para hacer penitencia y no lo encontremos. * Míranos, Señor, y ten piedad de nosotros, porque hemos pecado contra ti.
V.
Ayúdanos, Dios salvador nuestro, por el honor de tu nombre; líbranos, Señor. * Míranos, Señor.
Puede cantarse también otro canto apropiado.
Acabada la imposición de las cenizas, el sacerdote se lava las manos; el rito concluye con la oración universal y la Misa continúa como de costumbre.
Liturgia eucarística
Oración sobre las ofrendas
Al ofrecerte el sacrificio
con el que iniciamos solemnemente la Cuaresma,
te pedimos, Señor, que por las obras de penitencia y caridad,
dominemos nuestras pasiones y, limpios de pecado,
podamos celebrar con fervor la Pascua de tu Hijo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Antífona de comunión Cf. Sal 1, 2-3
El que medita la ley del Señor de día y de noche
da fruto a su debido tiempo.
Oración después de la comunión
Fortalécenos, Señor Dios, con los sacramentos recibidos
para que nuestro ayuno sea agradable a tus ojos
y cure todos nuestros males.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo
El sacerdote con las manos extendidas sobre el pueblo, dice la siguiente oración de despedida:
Infunde el espíritu de arrepentimiento
sobre los que se inclinan ante ti, Dios nuestro,
para que merezcan conseguir, por tu misericordia,
los premios prometidos a los que hacen penitencia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
- CONTEMPLATIO
El último momento de la Lectio Divina: la contemplatio, consiste en la contemplación o admiración que surge de entrar en contacto con la Palabra de Dios. Esta consiste en la adoración, en la alabanza y en el silencia delante de Dios que se está comunicando conmigo.
«…y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».