Lectio Misa de Gallo: 24 de diciembre 2022

CONTENIDO: Lectio divina con el evangelio de la misa de Nochebuena Ciclo A. 24 de diciembre de 2022 (San Lucas 2,1-14).

Navidad del Señor, la fiesta de la luz - Vatican News

•             SEÑAL DE LA CRUZ.

•             INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

Ven Espíritu Santo
Llena los corazones de tus fieles
Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía señor tu espíritu y todo será creado
Y renovaras la faz de la tierra
Oh Dios, que instruiste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo 
Danos gustar de todo lo que es recto según Tu mismo espíritu 
Y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por Jesucristo nuestro Señor.

  • LECTIO

Primer paso de la Lectio Divina:
consiste en la lectura de un trozo unitario de la Sagrada Escritura. Esta lectura implica la comprensión del texto al menos en su sentido literal. Se lee con la convicción de que Dios está hablando. No es la lectura de un libro, sino la escucha de Alguien. Es escuchar la voz de Dios hoy.  

Del evangelio según San Lucas (2,1-14).
“En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo.
Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.
José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.
En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: “No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo:
Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor.
Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.
Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!” ”.

Palabra del Señor.

  • MEDITATIO.

Estando siempre en la presencia de Dios, el segundo paso de la Lectio Divina o Meditatio consiste en reflexionar en nuestro interior y con nuestra inteligencia sobre lo que se ha leído y comprendido. “Es esa disposición del alma que usa de todas sus facultades intelectuales y volitivas para poder captar lo que Dios le dice… al modo de Dios”.  

San Francisco de Sales, obispo

Meditación: Santa sencillez y moderación.

Meditación sobre el nacimiento de Jesús. Opúsculos, p. 372.

«No había sitio para ellos en el mesón» (Lc 2,7).

Imaginaros a San José con la Santísima Virgen cuando llegó la hora del parto, ya en Belén y buscando, por todas partes, sin encontrar un lugar ni persona que les quisiera recibir. ¡Dios mío, qué desprecio, qué rechazo el del mundo para con los seres celestiales y los santos! Y ¡de qué forma abrazaron esta abyección esas dos almas santas!

No se ensalzaron, no demostraron quiénes eran ni la categoría que tenían, sino que recibieron ese rechazo, esa dureza, con una dulzura sin igual. ¡Y yo!, el menor olvido que se haga a este honor puntilloso que me es debido, o que yo me imagino que me es debido, me turba, me inquieta, excita mi arrogancia y mi orgullo; siempre y en todas partes me abro camino a viva fuerza para estar en primera fila. ¡Ay de mí! ¿Cuándo tendré esa virtud, ese desprecio de mí mismo y de las vanidades?

Considerad cómo San José y nuestra Señora entran en el establo donde va a tener lugar el glorioso nacimiento del Salvador. ¿Dónde quedaron los edificios suntuosos que la ambición del mundo construye para que en ellos habiten los pecadores?

¡Qué desprecio de las grandezas del mundo nos ha enseñado el divino Salvador! Bienaventurados los que saben amar la santa sencillez y moderación.

¡Miserable de mí! Necesito un palacio, mientras mi Salvador está bajo un techo lleno de agujeros y acostado sobre el heno; pobre y lastimosamente alojado.

Considerad al divino Infantito, desnudo y tiritando en un pesebre. Allí todo es pobre, todo es vil y abyecto en su nacimiento. Y nosotros… ¡tan delicados y deseando comodidades! ¡Buscando el bienestar!

Tenemos que estimular nuestro amor al Salvador y el deseo de sufrir por Él molestias, pobreza y carencias.

17,4).

  • PREPARACIÓN REMOTA:

Textos

  • ORATIO

La oratio es el tercer momento de la Lectio Divina, consiste en la oración que viene de la meditatio. “Es la plegaria que brota del corazón al toque de la divina Palabra”. Los modos en que nuestra oración puede subir hacia Dios son: petición, intercesión, agradecimiento y alabanza.

Antífona de entrada
Hoy sabrán que el Señor viene a salvarnos,
y mañana verán aparecer su gloria.

Oración Colecta del cuarto domingo de Adviento
“Dios nuestro,
que cada año nos alegras con la esperanza de la salvación, concédenos que,
recibiendo con gozo a tu Hijo unigénito como Redentor,
podamos contemplarlo confiadamente cuando venga como juez.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos”.
Amén

Oración sobre las ofrendas

Concédenos, Señor Dios nuestro,
anticipar con un culto fervoroso esta solemnidad,
ya que en ella manifiestas el comienzo de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración post comunión
Señor, fortalécenos con la celebración anticipada
del nacimiento de tu Hijo único, que se ha hecho comida y bebida
en este sacramento de salvación.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén

  • CONTEMPLATIO

El último momento de la Lectio Divina: la contemplatio, consiste en la contemplación o admiración que surge de entrar en contacto con la Palabra de Dios. Esta consiste en la adoración, en la alabanza y en el silencia delante de Dios que se está comunicando conmigo.

«Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue».