Oración de los convivios de Fasta

Cordero crucificado, que por la Cruz triunfaste
sobre el Demonio y la muerte,
Tú que, a cada uno de nosotros,
guiaste por misteriosos caminos
orientándonos hacia ti,
reuniendo nuestras almas y nuestras diferencias,
queremos combatir por tu gloria
la batalla de la fe
dentro de nuestros corazones,
a favor de nuestro prójimo y de la Patria.

Asístenos, Señor misericordioso,
en la lucha contra nuestras flaquezas y miserias,
camina a nuestro lado en la marcha
y cura las heridas del combate,
perdónanos la soberbia, el egoísmo, la pereza,
el temor y la falta de fe, pues,
Señor, solo Tú lo puedes.

Haznos, Señor, mansos y aguerridos,
caritativos y firmes, generosos y guardianes,
serenos y audaces, piadosos y alegres.

Y que descubramos,
en estas aparentes contradicciones,
el milagroso camino que lleva hacia tus luceros,
hacia tu visión final.
Señor nuestro y Dios nuestro,
Majestad de majestades, Rey de reyes, único monarca
ante quien nos sometemos, proclamando:
“A tus ordenes, Cristo Rey, pues Tú nos llamas”.