Del cielo su sonrisa
la más bella;
de sueños esperados
la consecha;
de las interseciones
la perfecta.
A unos niños pastores
se presenta;
en lejanas tierras
portuguesas
para dejarnos la osadía
Medianera
de Fátima viviente
en la estepa.
Y se llenó el aire de plegarias
con lágrimas
dolor y penitencia,
que al mundo y sus pecados
anatema.
El hombre corrompido
ha olvidado
las gracias salvíficas
que llegan
de su corazón de Madre
Inmaculado.
Cien años hace que vino
y nos dijo,
por los niños pastores,
el mensaje.