Examen de conciencia para los milicianos

I.- Puestos en la presencia de Dios, después de un tiempo de silencio el sacerdote dice esta oración:

“Padre de Misericordia y Dios de toda consolación, que dijiste querer la conversión y no la muerte de los pecadores auxilia a estos milicianos de FASTA para que vuelvan a ti y vivan. Ayúdanos para que oyendo tu palabra confesemos nuestros pecados y te demos gracias por el perdón recibido y obrando de verdad con caridad, crezcamos siempre en Cristo Hijo tuyo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén”

II.- Lectura bíblica: Lc. 15,11-32 (o Rom. 12, 1-2; 9-19)

Homilía y luego el examen de conciencia en silencio o leído por el sacerdote.

III.- Examen de conciencia:

1.Respecto a mi actitud para participar de FASTA que me exige “contemplar, construir, sostener y proteger la Ciudad Miliciana”.

  • ¿He mantenido mi actitud religiosa para discernir mi vocación y misión en FASTA o por el contrario he sido frívolo, superficial ligero o utilitario?
  • ¿He ayudado de modo positivo a construir y sostener con mi entrega y testimonio personal las comunidades y las obras de FASTA, o he sido negativo, resentido, envidioso, soberbio, negligente?
  • ¿He cuidado que con mis actitudes no se menosprecie o se rechace la obra de FASTA y se vulnere la verdad de la Iglesia y la gloria de Dios?
  • ¿Aprovecho las reuniones de convivio para crecer en mi formación?

2. Respecto a mi compromiso con las notas de la ciudad Miliciana:

Lo Sacral:  

  • ¿He cuidado de mantener siempre una actitud religiosa y sacral en mi vida?
  • ¿He cultivado la vida de oración personal?
  • ¿He cuidado de cultivar la vida sacramental frecuentando el sacramento de la confesión y la eucaristía?
  • ¿He asistido a los actos piadosos de la Fraternidad?
  • ¿He cumplido con los preceptos de la Iglesia?
  • ¿He dado testimonio de mi Fe adentro y afuera de FASTA?
  • ¿He cuidado que se viva la Fe en mi entorno familiar?
  • ¿He dado testimonio de mi Fe en mis ocupaciones profesionales, cumpliendo con las exigencias propias con mi deber de estado?
  • ¿He compartido mi vida de fe con los demás miembros de FASTA?

Lo Sapiencial:

  • ¿He estado dispuesto a crecer en mi experiencia de vida virtuosa o he sido ligero y laxo en el discernimiento de mi conciencia?
  • ¿He puesto los medios necesarios como la buena lectura, la meditación o el estudio para clarificar mi conocimiento de la verdad revelada?
  • ¿Ha participado de las actividades que la Fraternidad ha organizado para crecer en la sabiduría del misterio de Dios?
  • ¿Cuido que en todos los actos de mi vida haya rectitud de conciencia, o más bien soy hipócrita, simulador o actuó con doblez y engaño?
  • ¿Busco crecer en la verdad o más bien me miento a mi mismo y a los demás?
  • ¿Quiero que en todos mis juicios u opciones personales y comunitarias este siempre presente Dios, o por el contrario me busco a mi y mis intereses personales?
  • ¿Hago para que Dios sea el que es en mi vida o distorsiono la verdad de Dios conforme a mis apetitos, sensualidades, egoísmos, envidias y resentimientos?
  • ¿Tengo conciencia de la presencia de Dios en mi vida o vivo cotidianamente como si Dios no existiera?
  • ¿Tengo conciencia de la esperanza teologal en mi vida o vivo motivado por la idolatría de la carne, del mundo y del demonio?
  • ¿Confío en Dios y su providencia o solo espero en mis propias fuerzas?
  • ¿Tengo conciencia del designio salvífico de Dios en mi vida o solo me motivan los planes o proyectos humanos?
  • ¿Percibo mi relación filial con Dios o Dios es una suerte de primer principio?
  • ¿Percibo mi relación fraternal con Cristo, el primero de una multitud de hermanos o Cristo no pasa de ser en mi vida un “hecho histórico”, un “concepto” o forma parte de una doctrina?
  • ¿Mi acto de fe termina en Cristo y percibo mi misión personal con él?
  • ¿Busco convertirme a Dios a partir del descubrimiento personal de Cristo como el ungido de Dios, el Salvador?
  • ¿Puedo mirar desde la humildad quien es Dios y quien soy yo?
  • ¿Descubro la necesidad que tengo de Dios y su gracia y hago lo que tengo que hacer?
  • ¿Le doy a mi vida un sentido penitencial de renuncia y desapego interior o vivo buscando siempre saciar mis apetitos?
  • ¿Sostengo mi vocación miliciana desde la conversión cotidiana a Dios?
  • ¿Tengo claro que la vocación en FASTA me debe disponer a la misión?
  • ¿Estoy dispuesto a decirle que si a Dios desde la misión o vivo encerrado en el pequeño mundo de mis cosas?

Lo Apostólico:

  • ¿Doy testimonio de mi vocación y misión en FASTA o lo oculto y me mantengo indiferente?
  • ¿Tengo claro que la misión en FASTA, es “misión apostólica”, es decir que reclama un compromiso apostólico para mi vida?
  • En todos los actos que realizo en el nivel de la vida familiar, profesional o social ¿busco dar primacía a lo apostólico, doy testimonio del Reino de Dios, o, por el contrario, tengo mi vida como seccionada y separada entre lo secular y lo sacral?
  • ¿Asumo las tareas, cargas y servicios que la comunidad me encarga con sentido apostólico?
  • ¿Soy generoso en el cumplimiento de mis deberes y prudente en el ejercicio de mis derechos?
  • ¿Estoy dispuesto a dar de lo mío y de mi tiempo para ponerme al servicio del apostolado de FASTA?
  • ¿Estoy abierto, desde mi vocación o misión, al reclamo apostólico de la Iglesia o me conformo con cumplir con lo mío?
  • ¿Trato de conocer y difundir la enseñanza del Magisterio de la Iglesia en los espacios donde me toca actuar?
  • ¿Intento estar al día respecto de este Magisterio?
  • ¿Ordeno mi vocación o misión en FASTA desde una perseverante actitud de servicio?

Lo Organizacional

  • ¿Asumo mi vida comunitaria en FASTA desde el ejercicio consciente y creciente de la caridad?
  • ¿Me muevo motivado por el amor y la amistad miliciana?
  • ¿Me esfuerzo por comunicar y participar los bienes de la comunidad, o sólo estoy mirando y actuando desde las contrariedades, las dificultades y los males?
  • ¿Soy propenso y ligero para juzgar, difamar o calumniar a mis hermanos de FASTA?
  • ¿Tengo actitud de colaboración con los demás o me encierro en lo mío y me aíslo de los demás cuando creo que no tienen razón?
  • ¿Estoy dispuesto a corregirme cuando veo o me hacen ver que me equivoqué?
  • ¿Quiero siempre compartir con los otros el servicio a la justicia y a la veracidad?
  • ¿Ayudo con mi alegría y buen humor a sostener las comunidades y obras de FASTA?
  • ¿Soy comprensivo y pronto a perdonar, o mas bien, cruel, duro y rencoroso?
  • ¿Cuido, en la vida comunitaria, actuar con mis hermanos de Fraternidad, tal como lo indica el Señor, ejerciendo la corrección fraterna: “Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele a solas tú con él. Si te escucha habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma contigo uno o dos, para que todo el asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres tipos. Si no les hace caso a ellos, díselo a la comunidad. ¿Y si ni a la comunidad hace caso considéralo ya como gentil o publicano”?
  • ¿Soy más proclive a juzgar y chimentar que a comprender y salvar?
  • ¿Cumplo con todas las exigencias de mi compromiso miliciano, tal como me las imponen el estatuto, el reglamento y las directivas de los superiores?
  • ¿Critico y protesto las órdenes o decisiones de los superiores, interfiriendo el logro del bien común?
  • ¿Soy reticente a ofrecer mi colaboración?
  • ¿Radicalizo los conflictos o más bien intento siempre construir la paz?
  • ¿Soy paciente, servicial, o más bien envidioso, jactancioso y engreído?
  • ¿Ayudo al bien común y busco siempre favorecer los bienes que hacen al decoro de la comunidad?
  • ¿Busco hacer prevalecer mi interés personal a costa del bien común?
  • ¿Me irrito con facilidad y soy, de tal manera susceptible que atemorizo a los demás?
  • ¿Me fijo más en los defectos y males de la comunidad que en sus bienes?
  • ¿Me regocijo interiormente en el mal de los demás y deseo a modo de venganza, el mal de los otros como satisfacción personal?
  • ¿Me alegro en la injusticia o busco siempre que las cosas se conformen a su verdad para poder de éste modo, alcanzar el bien común de la comunidad?
  • ¿Soy pronto a excusar, a perdonar, a comprender, a tolerar, a soportar, a esperar?

3.Respecto a la vida familiar

  1. ¿Es mi familia ese lugar acogedor dónde mejor se desarrolla mi personalidad?
  2. ¿Ofrezco a mi familia mis dones, mis talentos, lo mejor de mí?
  3. ¿Nos damos cuenta de que Jesús está con nosotros, nos acompaña y nos alienta?
  4. ¿Tiene nuestra familia un proyecto de amor en común o cada uno marcha por su lado?
  5. ¿Creemos que la oración y el diálogo pueden ayudarnos a conocernos mejor?
  6. ¿Hemos intentado orar juntos alguna vez? ¿Lo podríamos hacer? (Ej.: bendición de la mesa, cumpleaños, aniversarios, etc.)
  7. ¿Ante problemas graves familiares, estamos abiertos a profesionales que nos puedan ayudar?
  8. Padre, Madre: ¿Procuran tanto el crecimiento de ustedes en la fe como el de sus hijos? ¿Motivan a sus hijos a participar en las actividades del Ruca? ¿Ustedes participan en convivios?
  9. Hijos: ¿Alientan a sus padres a ser fieles en su amor? ¿Invitan a sus padres a participar de FASTA?
  10. Hermanos: ¿Hay amor y servicio entre ustedes, o sólo peleas?
  11. ¿Somos una familia abierta, hospitalaria? ¿Qué relación tenemos con nuestros abuelos, tíos, primos, amigos, vecinos? ¿Mantenemos las tradiciones familiares?
  12. ¿Mantenemos los ideales de FASTA en nuestra familia? ¿Tenemos relaciones caritativas con los otros miembros de FASTA?
  13. Hay muchos caminos para lograr el “amor hermoso”: acercarnos a la Iglesia, recibir los Sacramentos, rezar, formarse humana y religiosamente. ¿Realizamos algo de esto? ¿Participamos como familia de las actividades formativas, apostólicas y espirituales de FASTA?
  14. ¿Qué uso hacemos de los medios de comunicación? ¿Nos comunicarnos como familia con otras familias de FASTA?
  15. ¿Trabajamos por la defensa de los valores de la familia cristiana en nuestra sociedad? ¿Colaboramos con las actividades de FASTA en “Familia y Vida”, Uniones Padres de los Colegios, de los Rucas o Agrupación Mayor?
  16. ¿Son los dolores y sufrimientos en nuestra familia motivos de unión y crecimiento? ¿Confiamos en qué Jesús puede sanar nuestras heridas?
  17. ¿Nos ayudamos, tenemos confianza, somos generosos y amables entre todos nosotros?
  18. ¿Somos una familia mariana? ¿Qué presencia tiene María, “la servidora de Jesús” en nuestras vidas?
  19. ¿Le pedimos a San José que sea nuestro padre espiritual?

IV- Milicianos, confesemos nuestros pecados y oremos unos por otros, para que nos salvemos.

“Yo confieso……..”

V– Celebrante:

Imploremos suplicantes la misericordia del Señor, para que quien purifica los corazones de los arrepentidos y absuelva de todas sus culpas a los que se acusan de ellos, conceda el perdón a los culpables y de la medicina a los enfermos”.

A cada intención respondemos: “Te rogamos Señor”

  • Que nos des la gracia de la verdadera medicina. Oremos
  • Que te dignes perdonar a éstos milicianos, tus hijos, y olvides las deudas de los delitos pasados. Oremos
  • Que tus hijos, milicianos, consiguiendo el perdón de sus culpas, vuelvan a vivir en la comunión de tu Iglesia. Oremos
  • Que éstos milicianos que hoy confiesan sus pecados, vuelvan a la claridad de la vida de la gracia. Oremos
  • Que se fortalezcan con la esperanza de la Gloria eterna. Oremos
  • Que continúen, después de ésta confesión, frecuentando tus sacramentos y tengan fuerzas para no apartarse nunca de Ti Señor. Oremos
  • Que renovados en tu caridad sean testigos de tu amor en el mundo.
  • Que este examen de conciencia y confesión de sus pecados sirva para su conversión y los fortalezca en la vocación y misión miliciana. –
  • Que perseveren en la vida de la gracia y alcancen la salvación eterna. –

VI.- Celebrante: Roguemos a Dios, Padre Nuestro, con las mismas palabras que Cristo nos enseño, para que perdone nuestros pecados y nos libre de todo mal. –

VII.- Todos: Padrenuestro

VIII.- Celebrante: “Ayuda Señor, a estos milicianos que se confiesan pecadores en tu Iglesia, para que, liberados por ella de todo pecado merezcan darte gracias con el corazón renovado. – Por Cristo, Nuestro Señor. – Amen”. –

IX.- Los milicianos que lo deseen, se acercan a los sacerdotes para hacer su confesión. –